Jesse Chacón: SI NO ATENDEMOS LA CAUSA NUNCA RESOLVEREMOS LA INSEGURIDAD...

La exclusión es el problema estructural de la inseguridad

(Comando de Campaña, 29 Octubre 08).- Con el tema de la inseguridad, a la gente del municipio Sucre se le han dicho muchas mentiras y una matriz es que el problema arrancó con la presidencia de Hugo Chávez, cuando la verdad es que fue en 1989, después del “Caracazo” cuando se rompe el contrato social.

La apreciación corresponde al candidato por el Psuv para la alcaldía de esa localidad, Jesse Chacón quien además agrega que ese planteamiento “ya está científicamente comprobado”.

Chacón quiere ser alcalde de Sucre, porque considera que tiene un programa de gestión de avanzada, moderno, basado en la eficiencia, la participación, la transparencia en las acciones, la articulación y la gerencia, posible de realizar y que permitirá la tan solicitada transformación que tanto reclama la gente.

En todo el municipio Sucre hay muchos inconvenientes; algunos, un tanto exagerados hasta aseguran que “hay más problemas que habitantes por metro cuadrado” y no es tanto así. El candidato bolivariano admite que hay cuatro grandes situaciones por atender y el trabajo debe comenzar en el mismo instante que asuma las riendas del poder local, si gana las elecciones del 23 de noviembre. Los identifica en orden prioritario como: Seguridad, agua, vialidad y transporte y basura. En ese cuadrado, Jesse ya tiene un plan de acción, listo para arrancar.

Según todas las encuestas y consultas realizadas, el caso de la seguridad ocupa el lugar principal de la angustia colectiva; la gente le tiene miedo a la acción hamponil que se muestra impune y ya los inocentes están cansados de vivir en casas forradas de rejas, mientras los delincuentes transitan tranquilos por las calles. Este es el panorama que tiene al frente quien llegue a la alcaldía.

- Sus opositores cuestionan su aspiración y pregonan que durante su gestión como ministro de Interior y Justicia no hizo nada para frenar el delito y ahora promete que sí lo va a hacer, lo que les suena a “una gran mentira”.

-Repito lo que dije al principio, aquí ellos han dicho muchas mentiras. El último reporte del Centro Para La Paz de la Universidad Central de Venezuela, ¡ojo! esta no es gente del gobierno, da cuenta que en 1994 se cometieron en el municipio Sucre 3250 delitos por cada 100 mil habitantes. Cuando Hugo Chávez asume el poder el 1998 allí se cometieron 868 delitos por cada 100 mil habitantes. Cuando en Venezuela se desata la crisis de la polarización, la cifra sube a su pico más alto en el 2002, con un registro de 1500 delitos por cada 100 mil habitantes.

En el 2004, yo asumo el ministerio de Interior y Justicia y recibo una relación de 1463 delitos por cada 100 mil habitantes; en diciembre de 2006 cuando entregué el despacho, la cifra estaba ya en 580 delitos. ¿Producto de qué? De una Plan de Seguridad muy bien estructurado y de fiel cumplimiento. Esa fue la cifra más baja registrada en el municipio Sucre desde la década de los 70; una reducción según el mismo Centro Para la Paz de 60,36%. Yo no tengo por qué mentir, toda mi vida he asumido mis responsabilidades sin evasivas, si no me creen comprueben con la fuente que estoy citando.

- Entonces, ¿Usted cree que si se puede reducir el delito de manera permanente?

Sí. Lo primero que hay que tener claro frente a este problema, te lo traduzco en dos preguntas básicas; ¿Cuál es la causa? Y ¿Cuál es la consecuencia? Normalmente la gente ve sólo la consecuencia, que es el delito. Cualquier política que quiera ser eficiente tiene que basarse en estos dos escenarios. La causa es lo estructural del problema y no es otra cosa que la exclusión. Si no atendemos la causa, nunca se resolverá el problema de la inseguridad. Algo distinto a esto, es girar sobre acciones represivas que dan respuestas de inmediatez, no perentorias y que a la larga, no resuelven nada.

En esa idea es que hemos elaborado nuestra propuesta que atiende los dos elementos.

- Usted habla de atender, pero para eso hay que tener un batallón y la verdad ahora es que pareciera no haber policías para tanto delincuente, a quienes les gusta sacarle siempre un chiste a la vida lo califican como “hay más pillos que gente”.

La percepción es un asunto muy serio y con alta dosis de subjetividad. Primero, yo creo que hay muchísima gente honesta, trabajadora y decente, incapaz de lesionar a alguien o tomar algo que no le corresponde. Yo creo en la gente. Segundo, en nuestra propuesta y relacionado con el elemento de impunidad, para detener la comisión de este delito, tenemos programado aumentar el número de funcionarios policiales en Sucre. No sólo en Poli-Sucre sino reforzados con Poli-Miranda, Policía Nacional y Guardia Nacional y a la par una reforma total de la policía local para llevarla a la definición concebida dentro del concepto de policía nacional, como lo es la policía comunal.

- Antes de entrar en el tema de la policía comunal, que para algunos pareciera un asunto un poco “Light” ¿cómo va a hacer con todos esos poli juntos para coordinarlos al mismo tiempo?

La policía comunal no es un asunto “Light” será un cuerpo especializado y entrenado para actuar bajo un nuevo esquema, donde su actuación como negociador entre conflictos en las comunidades, será clave.

En cuanto a “todos los poli juntos” lo primero que hay que decir es que en Sucre hay una población de un millón 200 mil habitantes aproximadamente, atender este elemento de seguridad requiere de la actuación de tres mil funcionarios, que hoy no hay. ¿Cuál es nuestra propuesta? En el 2009 cuando sumemos los funcionarios locales con los otros que ya he citado más la Guardia Nacional, debemos tener un contingente de mil policías totalmente operativos.

En diciembre del 2010, serán dos mil y en 2011 los tres mil necesarios. La formación para ser funcionario ya no será de un mes, sino de un año, por eso antes de la fecha que he indicado será imposible concentrar la cifra.

La coordinación no tiene enredo y allí va la importancia de la creación del Comando de Seguridad Urbana para atender el delito complejo.

- Entrando en materia de Policía Comunal, ¿qué tipo de especialización va a tener, no van a atender delitos?

-En el nuevo esquema planteado, de acuerdo a la definición que le dio la Policía Nacional, atiende el conflicto entre la comunidad, que actualmente representa el 80% de los delitos menores que se registran. Van a ser especialistas en negociación, esta caracterización requiere de un funcionario con un nuevo perfil, este policía tendrá como última respuesta ante un incidente entre la comunidad, el sacar el arma de reglamento, por eso necesita previamente un entrenamiento diferente. La percepción actual que tienen las comunidades sobre la imagen del policía es que es una especie de invasor, que sólo entra en ellas si hace uso de la fuerza y esto genera automáticamente un rechazo. Además, muchos grandes delitos tienen su raíz de origen en un incidente de baja intensidad, que un policía con formación en área de negociación, puede evitar a tiempo.

- Y cuando ocurren casos graves como acciones de bandas, delincuencia organizada, narcotráfico, sicariato o presencia paramilitar, que según dicen, hay mucha especialmente en algunos barrios de Petare, gente que no va a entender esa negociación de paz, ¿Cómo van a hacer?

-Vuelvo al caso de la creación del Comando de Seguridad Urbana integrado por funcionarios especializados para atender el delito complejo; eso no significa que Poli-Sucre no podrá hacerlo, significa que va a detectarlo y coordinar con ese Comando y los miembros de la Policía Nacional allí destacados.

Jesse Chacón está planteando un nuevo esquema que definitivamente rompe con los tradicionales que por años se han puesto en práctica en el municipio y que efectivamente nunca han terminado de solucionar el problema de la inseguridad. Sus oponentes le critican sin piedad estas iniciativas, pero lo que hay actualmente tampoco funciona y la gente se siente insegura. Como ministro, creó un plan que dio resultados en su tiempo. Ahora lanza esta propuesta y las comunidades decidirán el 23 de noviembre si la aceptan o se continúa con el método sin resultados.